El enorme agujero, de cerca de 12 metros de diámetro y de 8 a 9 metros de profundidad, fue descubierto al activarse una alarma a mediados de la mañana.
Los bomberos rápidamente aseguraron el área, mientras los responsables del museo intentaban recuperar los ocho Corvettes caídos en el hueco en el piso.
Dos de ellos habían sido prestados al museo por General Motors, que construye estos modelos de autos deportivos emblemáticos desde hace 60 años.
Entre los coches de colección dañados también se encuentra un Corvette de 1962, el Corvette número un millón, de 1992, y un modelo construido en 1993 para celebrar el aniversario de la marca.
Hasta el momento no se dio ninguna explicación sobre la aparición del agujero.
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