- Un emprendedor nigerino suministra equipamiento a los aventureros que desean esquiar por las dunas de arena
En muchas ocasiones, poseer un poco de ingenio y el olfato suficiente para detectar una oportunidad donde otros no la han visto basta para triunfar en el mundo de los negocios. Al menos, esa es la filosofía que inspiró a Abdelkader Baba, un emprendedor de Níger, para abrir una tienda de productos relacionados con el esquí en medio del desierto del Sáhara.
Lo cierto es que la idea de montar este negocio, que surgió después de que su propietario viese una competición de esquí por televisión y pensara que en su país no existía ningún comercio dedicado a ese deporte, no debió de ser tan descabellada, ya que la tienda lleva abierta unos treinta años, tal y como cuenta la web “Nevasport”.
El éxito de este peculiar negocio, que combina el alquiler de material de esquí con la venta de todo tipo de objetos, que van desde camaleones disecados hasta memorias USB, se basa en que ofrece la posibilidad de esquiar en las enormes dunas del Sáhara, una actividad que no está al alcance de muchas personas. Para ello, Baba cuenta con siete pares de esquís, dos tablas de snowboard y un deslizador, además de varias botas que no suelen ser muy demandadas por sus clientes.
Lo cierto es que la idea de montar este negocio, que surgió después de que su propietario viese una competición de esquí por televisión y pensara que en su país no existía ningún comercio dedicado a ese deporte, no debió de ser tan descabellada, ya que la tienda lleva abierta unos treinta años, tal y como cuenta la web “Nevasport”.
El éxito de este peculiar negocio, que combina el alquiler de material de esquí con la venta de todo tipo de objetos, que van desde camaleones disecados hasta memorias USB, se basa en que ofrece la posibilidad de esquiar en las enormes dunas del Sáhara, una actividad que no está al alcance de muchas personas. Para ello, Baba cuenta con siete pares de esquís, dos tablas de snowboard y un deslizador, además de varias botas que no suelen ser muy demandadas por sus clientes.
Sus primeros clientes fueron personal y pilotos del Rally París-Dakar, cuyo recorrido discurría por la zona. Pronto, se sumaron numerosos turistas que deseaban experimentar este deporte extremo.Aunque debido a las duras condiciones climáticas del desierto la temporada de esquí en las dunas se extiende solo de diciembre a marzo y solo se puede practicar entre las seis y las diez de la mañana, durante años el negocio de Baba fue muy bien.
Sin embargo, una serie de atentados perpetrados por terroristas islamistas llevaron a que las embajadas occidentales desaconsejaran a sus ciudadanos visitar el país. El secuestro de varios cooperantes acabó por espantar a los pocos turistas que todavía se atrevían a aventurarse por la zona y, según aseguró a la BBC, desde 2007 Baba no ha logrado alquilar un esquí o una simple tabla.
A pesar de ello, este empresario nigerino no pierde la esperanza de que lleguen tiempos mejores. Por ello, el cartel que anuncia el alquiler de material de esquí sigue colgado junto a la puerta de la tienda. En espera de intrépidos turistas que no quieran desaprovechar la ocasión de experimentar la inigualable sensación de esquiar en pleno Sáhara.
Sin embargo, una serie de atentados perpetrados por terroristas islamistas llevaron a que las embajadas occidentales desaconsejaran a sus ciudadanos visitar el país. El secuestro de varios cooperantes acabó por espantar a los pocos turistas que todavía se atrevían a aventurarse por la zona y, según aseguró a la BBC, desde 2007 Baba no ha logrado alquilar un esquí o una simple tabla.
A pesar de ello, este empresario nigerino no pierde la esperanza de que lleguen tiempos mejores. Por ello, el cartel que anuncia el alquiler de material de esquí sigue colgado junto a la puerta de la tienda. En espera de intrépidos turistas que no quieran desaprovechar la ocasión de experimentar la inigualable sensación de esquiar en pleno Sáhara.
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